lunes, 9 de junio de 2014

No lo creerán

Si les cuento lo que sucedió ayer a los pies de un álamo joven y despeinado mientras paseaba a mi perro de dudosa estirpe y cuyo nombre es "Perro" por la huella que corre tras la cerca de alambres púa que hizo mi tío carpintero y pensaba en la mezquindad del sol que tan pronto se esconde bajo las polleras del invierno, seguro no lo creerán... no, no lo creerán.

El Perro se meó.



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